Estas son las precaciones que debes tomar al conducir con lluvia

Con la lluvia nos enfrentamos a una reducción considerable de nuestra visibilidad. Depende obviamente de la intensidad de la lluvia, pero siempre debemos tener en cuenta la posibilidad de ir perdiendo visibilidad paulatinamente, además de que las nubes reducen la luz natural, y más cuanto más cargadas de agua estén. Esto, además, ayuda a aumentar la fatiga al volante (a lo mejor es buen momento para repasar cómo conducir con comodidad).

La clave para mantenernos bien seguros en la carretera es la precaución. Especialmente cuando empieza a llover, hay que tener mucho cuidado con la velocidad y el tipo de conducción que mantengamos, pues el agua se mezcla con el polvo y residuos de la carretera y se forma una especie de barro que puede ser muy resbaladizo. Lo que hay que saber sobre agarre y estabilidad en lluvia es:

Hay que moderar la velocidad y no realizar movimientos bruscos con los mandos del vehículo (volante, freno, acelerador).

Aumenta la distancia de frenado, en mayor proporción cuanta más agua haya sobre el asfalto.

No debemos atravesar aguas corrientes, ya que si no vemos el fondo podemos (a) errar la estimación y hundirnos más de la cuenta, calando el motor o siendo arrastrados por las aguas; (b) podemos perder totalmente la capacidad de agarre sobre el asfalto.

Si experimentamos aquaplaning, debemos mantener la calma y no hacer movimientos bruscos, levantaremos suavemente el pie del acelerador, y mantendremos la calma.

Para asegurar la mayor confianza en nuestro coche y no comprometer el agarre y la estabilidad, debemos mantener los neumáticos en perfecto estado, así como todo el sistema de frenos. En carretera (y en ciudad) aumentaremos en lo posible la distancia de seguridad y evitaremos circular muy cerca de autobuses o camiones (porque pueden cegarnos con el spray, entre otras cosas), y moderaremos la velocidad. En Francia, por ejemplo, hay dos límites de velocidad, y cuando llueve se escoge el menor de los dos. No hay prisa.

Precaución:

Mantén en perfectas condiciones las escobillas limpiaparabrisas.

Mantén limpio el parabrisas, por dentro y por fuera. Elimina el vaho con la calefacción o aire acondicionado.

Maximiza la visibilidad utilizando correctamente el alumbrado del coche.

Mantén los neumáticos en perfecto estado.

Si necesitas hacer un viaje largo, lo mejor es hacer una revisión completa al coche.

Aumenta los límites de la precaución: viaja más lento, deja más espacio, haz movimientos menos bruscos, no frenes demasiado fuerte, evita los charcos y aguas en movimiento.

Extrema las precauciones de noche, tanto por la falta de visibilidad propia como por el “camuflaje” de terceros (ciclistas, peatones, animales sueltos).

Busca la parte más alta de la calzada, pues el agua tiende a deslizarse hacia la parte baja.

Tras pasar por un charco, seca o calienta los frenos pisando suavemente el pedal.

Evita el control de velocidad: puede que te relajes demasiado y tengas los pies alejados de los pedales. Además, en caso de aquaplaning podrías encontrarte con el sistema tratando de acelerar al máximo…

Vanessa Velez

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